Agosto es el mes de los viajes por excelencia. Con la llegada de las vacaciones, aumentan las ganas de hacer viajes de todo tipo, ya sea al lado de casa, a las antípodas o con la imaginación. Os presentamos cuatro alfombras emblemáticas que os llevarán a mundos de película para que viajéis sin salir de vuestra ciudad… u os inspiréis a visitar los sitios reales donde acontecen estas historias.
Aladdín
John Musker & Ron Clements, 1992
Un clásico entre los clásicos, no podemos concebir una lista de alfombras cinematográficas sin esta alfombra persa. A través de su inconfundible estampado y colores nos lleva a la ciudad ficticia de Agrabah, inspirada en Agra, en la India, y en Bagdad, en Iraq.
La entrañable alfombra de Aladdín, además de un bonito diseño, tiene mucha personalidad y poderes mágicos. Desafortunadamente las alfombras reales no vuelan pero sí que hay algunas que tienen un carácter tan marcado que pueden resultar las protagonistas de una estancia.
El gran Lebowski
Joel & Ethan Coen, 1998
La alfombra de los hermanos Coen nos lleva a un mundo radicalmente distinto del de Aladdín, concretamente al Los Angeles de los años 90. También se trata de un estilo inspirado en el persa, muy apreciado por el protagonista. Tanto que la alfombra se convierte en motor de la película: todo empieza cuando unos criminales destrozan la amada alfombra del protagonista y este decide emprender su aventura para poder recuperarla.
Tal como afirman distintos personajes a lo largo de la película, una alfombra tiene el poder de unificar la decoración de una estancia y hacer que brille con luz propia.
Esta casa es una ruina
Richard Benjamin, 1986
Una de las escenas más memorables de la película ocurre gracias a una alfombra que produce un efecto muy especial. El protagonista, que está intentando arreglar su casa en ruinas, cae por un agujero que se encuentra debajo de una alfombra. De esta forma, se queda atrapado en ella como si de arenas movedizas se tratara.
Aunque esta alfombra no tenga un papel tan trascendental como otras de esta lista, nos recuerda un hecho que hay que tener en cuenta cuando decoramos: una alfombra no hace milagros. Si la habitación y el resto de mobiliario se encuentran en mal estado o no pegan entre ellos, la alfombra no podrá arreglarlo por bonita o especial que sea.
Mención especial: El resplandor
Stanley Kubrick, 1980
Aunque no se trata exactamente de una alfombra, el estampado de la moqueta del Hotel Overlook se ha convertido en un emblema del cine al que otras películas han rendido homenaje. Por ejemplo, Toy Story 3, Los Minions o Birdman.
La utilización del estampado nos demuestra otra lección de decoración importante: una alfombra puede alterar el ambiente de una estancia, ya sea para hacerlo más acogedor o todo lo contrario, para hacerlo inquietante y hasta terrorífico, como en el caso de la película.
Si os atrevéis a visitar el hotel en persona, podéis hacerlo en Estados Unidos. Aunque el hotel que aparece en la película es un set de rodaje, está inspirado en un sitio real: el Hotel Stanley, en el que os podéis alojar si visitáis Colorado.